Hoy, nos toca despedir a una fiel promotora de nuestra promoción 1988, especial y particularmente, de quiénes fuimos, y somos, los egresados "Arlequines" deI I.P.D.P. Estuvo celosamente detrás de cada detalle de las organizaciones estudiantiles, ya sean, bailes de promoción, farándula, baile de egresados, actos escolares y demás. Alumna prodigiosa y responsable como lo fue en su rol de hija, hermana, esposa, madre, tía y docente. Solidaria, atenta a acompañar a sus compañeros y colegas en todo lo que hiciera falta. Personalmente, me tocó vivir mucho tiempo de la secundaria junto a ella y, más adelante, compañera en la docencia, siempre predispuesta a abrir las puertas de su hogar y de su corazón, una amiga preocupada y ocupada de lo que sucedía a su alrededor.

La vida quiso que te alejaras de nuestra ciudad, donde formaste un hogar que coronaste con la venida de una hermosa hija, por quién peleaste incansablemente contra el dolor y la enfermedad hasta tus últimos suspiros; pero nunca te fuiste realmente porque siempre estuviste en contacto con todos y cada uno de nosotros. Siempre nos llevaste en tu corazón arlequín. Nunca alcanzarán las palabras ni las oraciones para decir todo lo que has sido, y lo que sos, para cada uno de nosotros. Tu vida fue una entrega total a tus convicciones. ¡Vuela alto Silvina, como siempre lo has hecho!

Promoción 1988