"Fui el primer director de Juventud de Benito Juárez, cuando se crea esa dirección en 2011. Ya en ese momento planteábamos que debía existir un área específica para la juventud, y así fue como se institucionalizó", señaló Abrisqueta.

Respecto al lugar, explicó: "Veía que los jóvenes ya se reunían allí, aunque el espacio no estaba habilitado. Me propuse entonces recuperarlo. El municipio tenía un convenio vencido con la fábrica CAMUATI, que usaba el galpón como depósito. Gestioné la devolución de la llave, rastreando ese convenio y hablando con la empresa. Una vez recuperado, nos pusimos a limpiar, pintar y finalmente lo inauguramos con una feria y bandas musicales bajo el nombre de 'El Galpón Joven'".

Un proyecto con doble enfoque: cultural y comercial

Según Abrisqueta, la propuesta inicial contemplaba un espacio abierto y activo todos los fines de semana, pensado tanto para la cultura como para el desarrollo emprendedor:

"Mi idea era que sirviera a pequeños productores, feriantes, artistas. Que se moviera la ciudad, que fuera un lugar de paseo donde el trabajo de la gente tuviera lugar", señaló.

Una de las piezas distintivas del lugar, el mural del tero, fue parte de ese primer impulso. "La estructura fue donada por artistas de San Cayetano. Las pinturas también fueron colaboraciones. Hubo mucha gente que no era parte de la política que ayudó", recordó.

De "El Galpón Joven" a "Espacio Cultural Néstor Juan Faré"

Abrisqueta expresó que, si bien se siente conforme con el nombre actual del espacio, considera que el cambio respondió a una intención de invisibilizar su gestión:

"Me gusta el nombre que lleva actualmente, una persona que admiraba mucho y obtuve muchos conocimientos de él. En el inconsciente colectivo sigue siendo el Galpón Joven, pero también creo que el cambio buscó tapar la autoría de lo que el verdadero proyecto había generado. Sin embargo, no lo lograron: la gente todavía lo llama Galpón Joven", afirmó.

Una mirada crítica, sin confrontar

Consultado sobre el presente del lugar, el concejal sostuvo que "está muy institucionalizado" y que ha perdido la dinámica original.

"Hoy en día el galpón permanece cerrado la mayor parte del tiempo. Salvo excepciones, como el encuentro de bandas el 2 de agosto, no hay una continuidad. Me gustaría que tuviera más vida cultural, una agenda más activa y abierta a los emprendedores".

Finalmente, Abrisqueta expresó:

"El Galpón Joven es un patrimonio de la comunidad. En parte me siento orgulloso de haber sido parte de ese comienzo".

Fotos Provistas por Marcos Abrisqueta.

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