"El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir solo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente".
(Gabriel García Márquez -El mejor oficio del mundo)

A lo largo de mis años, he tenido el privilegio de vivir y respirar el periodismo. Desde mis primeros escritos, hacer periodismo se ha convertido en una parte esencial de mi vida, un llamado que trasciende las dificultades que enfrentamos en nuestros pueblos. No es novedad si digo que ser periodista aquí no es fácil; la incertidumbre política, las críticas y las amenazas son parte del paisaje diario. Sin embargo, es precisamente esa adversidad la que fortalece mi compromiso con la verdad. Plata y miedo nunca tuve.

Escribir con objetividad me ha otorgado una libertad invaluable. En un mundo donde las opiniones pueden ser moldeadas por agendas, yo elijo abordar cada historia con objetividad, permitiendo que los hechos hablen por sí mismos. Mi pasión por la escritura no solo se basa en informar, sino en dar voz a aquellos que muchas veces son silenciados. Cada artículo en el diario, cada nota en la radio, es una oportunidad para conectar con la comunidad y reflejar sus realidades.

Ante las insinuaciones, "sugerencias" o amenazas directas -incluso de colegas que defienden la pauta, perdón, la causa-, mi amor por esta profesión me impulsa a seguir adelante. El periodismo es más que un trabajo; es una vocación que exige valentía y honestidad. En cada palabra escrita, hay un compromiso con la verdad y una defensa de la libertad de expresión.

En este camino he aprendido que el periodismo no solo se trata de informar; se trata de inspirar, cuestionar y desafiar el status quo. Con cada historia que comparto, busco contribuir a un mundo más justo y consciente, demostrando que se puede acompañar a los menos poderosos y convertirse en vocero o en acompañante, para que hagan saber sus preocupaciones y/o necesidades.

Así, con pasión en el corazón y determinación en la escritura, sigo adelante en esta noble tarea de ser periodista, sin título, solo asistido por la pasión, la vocación, la objetividad y la sinceridad. Porque al final del día, lo que realmente importa es nuestra capacidad de contar historias que importan.!

¡Feliz día, colegas!!

jcantero@elfenixdigital.com