Por Juan Martín de los Santos para Perfil.com

"Borombombom, el que no salta es un ladrón", grita un grupo de personas agolpadas contra las vallas que cercan el búnker de Javier Milei afuera del Hotel Libertador. Un señor de unos cincuenta años vino de Virrey del Pino para mostrar su apoyo, cada tanto levanta un cartel de cartón que en letras negras dice "Elecciones sin Trampas". Por los parlantes suena el hit de Fabiana Cantilo, "Mi enfermedad" entremezclado con un coro que grita: "Libertad, libertad".

Walter, vende banderas amarillas de Milei a 4500 y las argentinas a 3500, cuenta que trajo una docena y se pierde entre la gente. Fermín tiene un par de gorras en la mano con la leyenda "Las fuerzas del cielo" a 3000 pesos. Confiesa que si no las vende no importa porque principalmente está apoyando al candidato libertario. Es la primera vez que se juega por alguien y confía en que Milei "pueda convertir a la Argentina en un país próspero".

Graciela lleva un gorro ¿piluso?, una remera de Patricia Bullrich y un repique colgando del cuerpo. Está esperando que llegue el bombo para que la acompañe con la percusión. Es maestra jubilada y cree que Milei es una persona "muy sincera" y resalta su condición de economista como un valor.

Fernando está con su esposa y dos hijos pequeños. Es de Claypole y esperan sobre la avenida Córdoba, afuera del Hotel. Esperan que gane Milei, dicen sin dudar "porque así no se puede más".

Poco a poco la avenida se llena de gente y algunos atentos a los primeros datos que llegan se animan a reversionar el clásico eslogan del macrismo por un "si se pudo".