Desde hace largo tiempo que el gobierno de Alberto Fernández critica a la oposición, pero los sacudones más feos los recibe "de gente cercana". Es impotencia en su reacción y descarga "en el más débil". Lo que en otro ámbito se llamaría "violencia de género" o "violencia familiar", la reacción del Jefe de Estado podría considerarse "violencia política".

Más allá de lo que se pueda considerar obstáculos para la gestión, las decisiones adoptadas por la oposición, son más las veces que acompañaron pedidos del Ejecutivo que las veces que se negaron.

No obstante eso, hay que valorar que a todo el arco opositor se lo ve unido y coherente en cuanto al cuidado y protección de las decisiones mayoritarias, que fueron las que pusieron a Alberto Fernández al frente del Ejecutivo Nacional. Un presidente con voto mayoritario a su favor, pero debilitado porque cuenta con un poder político "prestado" por quien fue su impulsora al Sillón de Rivadavia.

Hoy jaqueada en varios frentes, la ex presidenta, debe estar lamentando y renegando por los rincones de su despacho por "la maldita idea" de haber elegido a un Alberto Fernández que no obedece.

Ante esta desobediencia, intenta ponerlo "en vereda" retirándole a sus hombres elegidos en su momento para integrar el gobierno nacional. Este lunes, ante el pase de la Secretaría de Comercio a la órbita del Ministerio de Economía, ordenó a Robero Feletti que dé un paso al costado, sin olvidar que al pegar el portazo debía dejar "bien claro" que se iba por "desacuerdos con el manejo de la economía".

A la par de esto, la compañera de fórmula de Alberto Fernández y a la vez "su jefa" (no le obedece, pero es su jefa), sigue empujando a las organizaciones sociales, a La Cámpora misma, a que ejerzan presión sobre la gestión nacional para dificultar al gobierno.

Nada nuevo bajo el sol. "Dime con quien andas y te diré cómo piensas". Los amigos regionales de Cristina "hablan de democracia, pero son afectos a los golpes" y algunos están en el poder por la imposición misma. La diferencia es que hay Fuerzas Armadas equipadas y poderosas que fueron puestas al servicio de "esos amigos" para acercarlos al poder y luego para cuidarlos. La oposición no tiene liderazgos fuertes como para enfrentarlos.

En nuestro país, afortunadamente para nuestra democracia, no hay poder operativo en las Fuerzas Armadas, y la "oposición se opone" al entorpecimiento de la gestión Fernández. Algo que complica las aspiraciones de Cristina que se le vuela el tiempo y quiere, como mínimo estar un "tiempito" en el Sillón de Rivadavia antes que finalice el actual período de gobierno.

Está a tiempo... si sigue retirando su gente, si sigue presionando con las organizaciones sociales y no cambia de opinión y de ambición, podremos decir los argentinos que "aquel vice que 'traicionó' a su Presidenta, quedó pequeño como un poroto"... si Julio César Cleto Cobos "con un voto no positivo" fue duramente acusado... no es menos grave un boicot permanente como el que lleva a cabo Cristina en estos tiempos.

Si los argentinos queremos vivir en democracia y seguir eligiendo nuestro gobierno, cuidemos el proceso democrático. Eso incluye "aguantar" los desatinos de un Ejecutivo que no da en el blanco y esperar el próximo acto eleccionario para cambiar la gestión.

Ojo, no habrá un gobierno brillante que nos salve, porque venimos castigados desde hace muchos años. Si creemos lo contrario, repasemos: El gobierno que tenemos hoy representa al mismo partido que en más de 70 años de historia ha tenido mayoría en el tiempo de permanencia en el poder. Sin embargo estamos hablando de miseria en uno de los países más ricos del mundo. "Algo está mal, que no está bien".

jcantero@elfenixdigital.com