"A los 13 años me llevó Francisco a la cabaña y no sé otra cosa que trabajar con los animales en el campo"

Desde el 21 al 24 de Mayo se realizó en el Predio Ferial de Palermo la Expo Angus de Otoño 2024. Después de los logros de Cabaña Tres Marías, pudimos ver una nota en redes sociales realizada al cabañero Sergio Molina.

Lleva 35 años trabajando con la Familia Gutiérrez en Cabaña 3 Marías, por lo que su labor no pasa desapercibida al nombrarlo y dentro de lo que es la Asociación Argentina de Angus, es evidente el reconocimiento de los productores, para con este juarense que tiene rica historia junto a los reproductores de la citada cabaña.

La función del cabañero es ir eligiendo todos los animales, machos y hembras, que considera que tienen dotes de gran animal. Solo un ojo como el de Sergio Molina, acompañado y respaldado por la familia Gutiérrez puede detectar un animal perfecto para presentarlo como el mejor.

Antes, el trabajo también incluye laboratorio, lo que no es tarea de Molina, ya que allí se trabaja en genética. Tres Marías tiene una trayectoria de alrededor de 65 años y una rica historia en su haber, con 35 años de participación y trabajo de Sergio Molina.

Sergio Molina fue entrevistado, en redes sociales, por el Área de prensa de la Asociación Argentina de Angus. Compartimos la nota:

Sergio, ¿cuánto tiempo llevas trabajando entre los toros y las vacas?

Bueno, yo empecé en Tren María a los 13 años, cumplí 48 al 12 de julio, 35 años.

Llevas una vida entonces...

Toda mi vida, el único trabajo que tuve, arranqué en Tren María y bueno, sigo ahí.

¿Qué sentís cuando venís a Palermo cada año?

Algo que no te lo puedo explicar, es una cosa que se siente en el alma y bueno, esos dos años que hubo pandemia y paramos, volver ahora es como que te emociona un poco. Y bueno, contento de estar de vuelta con toda la familia de Angus y de toda la raza, porque es una familia lo que es el campo.

Obviamente a vos te apoya toda la familia en esto, ¿no?

Sí, sí, yo tengo mi familia. Tengo a mi hijo trabajando acá. Y mi familia, bueno, mi señora tiene trabajo en la ciudad. Y bueno, no puede estar, pero estamos en contacto todo el tiempo y nos sigue. Y también les gusta lo mismo.

¿Te imaginas haciendo otra cosa que no sea ser cabañero?

No, te diría que no, porque es lo que yo mamé de chico. A los 13 años me llevó Francisco (Gutiérrez) a la Cabaña y no sé hacer otra cosa que no sea trabajar con los animales en el campo. No, no me veo, no me veo.

Y cada vez que agarras un ternero nuevo, que hay que empezar a amansarlo, a bañarlo y todo. Cuando arrancas con eso, ¿sentís lo mismo que te toca agarrar uno nuevo mañana que hace 20 años atrás?

Sí, lo agarro ya con más confianza, más como que ya estoy acostumbrado. O sea, al primero, a lo mejor le di mucho más tiempo y más importancia por ser el primero. Hoy no le doy menos importancia le doy igual, pero más canchero, digamos. No me paralizo tanto como cuando era chico.

¿A vos qué te parece la raza? ¿Qué opinás y qué es Angus para vos?

Hay otras razas que me gustan, pero no es parecido a lo que es el Angus. Es que lo que me dio todo a mí fue el Angus, alegrías y todo. Es la raza top para mí. Aparte año a año se nota el crecimiento que tiene la raza, es impresionante. Para arriba, que es lo bueno.

¿Vos tenés la vida pegada al Angus, se puede decir?

Sí, sí. El Angus es todo para mí. No lo cambio por nada. Y a Tres María tampoco.

¿Y qué sensación te produce venir a Palermo cada año?

Entrada a la pista. Una adrenalina terrible. Siempre se sufre mucho. Por más que ya haga 35 años, se sufre lo mismo que cuando vine por primera vez. Adrenalina, nervios, eso no te lo saca nadie.

Si mañana dejas de ser cabañero, tenés que arrancar tu vida laboral de nuevo, ¿elegirías esta profesión?

Sí, sí, ni lo dudo. Voy a seguir hasta cuando me dé el cuerpo y después veré si sigo en la misma actividad, pero más tranquilo, digamos. Ayudando en otra forma. Pero siempre entre las vacas y los toros. Esto es lo que elegí, así que vamos a seguir.

Tren María tiene una gran tradición de sacar grandes campeones. Decime qué se siente lograr un gran campeón...

Eso es algo único. En el trabajo que hace uno, llegar y ganar en Palermo, hoy te diría que es una de las emociones más grandes que se te puede dar. Si bien los asesores, que en este caso es Francisco Gutiérrez, hacen bien las cosas, nosotros hacemos bien las cosas, llegamos al nivel que llegamos. Ganar en la pista esta es algo que no te podés controlar al llanto. Es una cosa que explotas.

¿Te emociona mucho?

Sí, ni hablar. El que hace el trabajo lo siente mucho. Del primero al último, que por suerte hemos tenido la posibilidad de ganar muchas veces. Siempre te emociona y explotas.

Cuando ves ahí que le dan la palmada, ¿Te acordás desde cuando empezaste a agarrar? ¿Te acordás de las mañanas de frío para bañar?

No, olvídate, los siete grados bajo cero que hacen por aquella zona en esta época, te las debo. Y los vientos, sobre todo.

Vos viste todo arrancando desde Bartolomé de los machos, ¿no?

Sí, yo empecé ahí. Mi primer gran campeón fue Bartolomé, lo siguieron en el 95. En el 97 fue Lester, mi gran campeón, 97-98. Después fueron grandes campeones, te digo, el Junior que fue en el 99. Después sacamos 2001-2002 con Quebracho, después Federal 2013-2014... Bueno, Candombe estaba en el medio ahí, por ahí. Y después sacamos Don Emilio, también mi gran campeón, que fue 17-18. Y algunas hembras, pero bueno, no me acuerdo de todas.

Se despidió del entrevistador y comenzó a soñar e imaginar su vuelta a la Cabaña, porque dentro de poco estará nuevamente en los corrales de Palermo ilusionado y palpitando un nuevo campeón.

jcantero@elfenixdigital.com

Entrevista: Área de prensa de la Asociación Argentina de Angus