Algo así me pasó con Juan José al momento de tomar conocimiento de su fallecimiento. De inmediato recordé a dos personas que, sin dudas, deben estar ambos en el mejor lugar: Don Juan Gómez y Juan José Aguilera.

¿Cómo llego a relacionarlos? El recuerdo de un grato gesto de solidaridad y reconocimiento floreció en mi mente en ese momento. En 1995, a poco de haber llegado a Benito Juárez, Don Juan Gómez se estaba entrenando muy fuerte para presentarse en una prueba internacional de su categoría que se realizaba en otro país. No recuerdo si en México o en Uruguay.

Vale recordar que a pocos días de mi llegada se inauguró Radio Poder en Avda. Libertad y comencé a hacer radio con Raúl Longo. Hacía varias tareas, en distintos programas y los sábados un programa con entrevistas y propuestas de vecinos para solucionar problemas comunitarios.

En los programas de todos los días tomé conocimiento de la preparación que estaba llevando a cabo don Juan Gómez con muchas ganas, esperanza y responsabilidad, porque por aquellos días dijo que recibía el respaldo de algunos comercios locales para poder estar. Todo iba bien encaminado hasta que surgió un imprevisto: lesión en una rodilla que, si bien debía suspender algunas partes del trabajo preparatorio, a otras las podía cumplir con normalidad, aunque con precaución.

Un sábado lo invitamos al programa y allí estuvo Don Juan para contagiarnos sus ganas de hacer deporte a su edad, lo que para muchos fue un ejemplo y para otros ejemplo y aliento de lo que se puede hacer sin poner de excusa la edad.

Al comenzar la charla, recuerdo que luego del saludo de rigor, le pregunté cómo iba con el entrenamiento y si creía que llegaría bien, físicamente a la fecha de la competencia. Para sorpresa respondió: "No estoy entrenando porque la rodilla no me lo permite y para poder hacerlo, estoy necesitando una rodillera ortopédica y lamentablemente no puedo comprarla".

Ahí nomás, sin vueltas, le hablé a la audiencia y les pedí si alguien disponía de una rodillera ortopédica o bien algún vecino que quisiera colaborar y la consiguiera. Dije, palabras más o menos: Tengo la esperanza que antes de terminar el programa, tendremos a alguien con la rodillera para Don Juan, mientras, nosotros vamos a seguir con la nota.

No pasó mucho tiempo, creo que menos de media hora, estábamos charlando muy entretenidos al aire y de pronto se me fue el operador a atender la puerta. El operador era Raúl Longo. Faltó unos pocos segundos de mi vista y cuando apareció, lo hizo en la sala misma donde estábamos haciendo la entrevista y me dio un sobre de papel madera.

Cuando hacemos la pausa comercial, abro el sobre y estaba la rodillera ortopédica para don Juan. Me guardé la sorpresa. Fui a la cabina y Raúl me dijo: A ese sobre lo mandó Aguilera. Aquí podemos decir que era "una joven farmacia", pues llevaba poco menos de tres años. Fue inaugurada en Julio de 1992 en Riganti 98, según una publicación realizada por Pedro Arnaldo Gamaleri (Q.e.p.d.) por el día del Farmacéutico en 2020.

Cuando reanudamos la entrevista en modo de broma le pregunté a Don Juan si quería viajar a la prueba internacional o se había puesto remolón y no quería entrenar. Dijo que hasta en la cama movía las piernas para no perder de entrenar.

Ahí le dije: Don Juan, su tocayo Juan José Aguilera le mandó esto. Le di el sobre, lo abre y con ojos con lágrimas miró hacia arriba en señal de agradecimiento y se emocionó. Recuerdo sus palabras: "Cómo no voy a tener ganas de seguir participando si respaldo no me falta".

Finalmente, don Juan pudo continuar con su preparación y cumplir con su objetivo. Al tiempo lo encontré en una competencia en Laprida, para un aniversario de la vecina ciudad. Si bien ya se lo conocía como atleta, siempre despertaba curiosidad y admiración por su garra.

Agradecimos a Farmacia Aguilera, por el gesto solidario y de reconocimiento por todo lo realizado por Don Juan Gómez y también nos emocionamos porque era esa la primera vez que recurría a los vecinos para lograr ayuda para alegrarle la vida a alguien.

Siempre recordé el gesto de Juan José Aguilera y al momento de su partida, lo imaginé nuevamente junto a Don Juan, los tocayos, recorriendo los caminos celestiales.

Un beso al cielo para los dos y un reconocimiento por el ejemplo de solidaridad para con los vecinos y por la pasión por el deporte que nos dejaron en su paso por este mundo.

jcantero@elfenixdigital.com