La nota

Habla en 3ra persona y ante la consulta, responde: "Rodrigo Vázquez nació y se crió en Bernasconi, provincia de La Pampa. Rodrigo enfermero es juarense. Tuve la posibilidad de estudiar y recibirme en Benito Juárez en el año 2000. Este año, a fin de año, se van a cumplir 25 años", afirmó.

Para contarnos cómo llegó a nuestra ciudad, recuerda que "en el año 1993, mis padres se instalaron en Benito Juárez en enero y yo, por una actividad futbolística, a mis 14 años, llegué y me instalé en febrero de ese año".

"Al contar esto, seguramente traiga recuerdos a mucha gente. Sobre a los vecinos del barrio que habitamos con toda la familia, que fue en la Avda. Uruguay, ahí nomás, pasando la fábrica, Barrio Prado Español, si mal no recuerdo".

Integrante de Jóvenes por la Vida

Rodrigo recuerda que "en aquella época, 14-16 años, iba al viejo Colegio Nacional en calle Brown y participaba del Movimiento Jóvenes por la Vida. En los veranos vendía helados".

Luego agrega tener en su mente y corazón que "cuando hacía un par de años que estábamos instalados en Juárez, también pertenecí a grupos del Hogar Infantil Belén, que por aquellos días dirigían Ricardo (Dabove) y Cristina (Vitale)".

"Yo era muy amigo de Laura y de Paula (hijas de los directores), y en ese momento iba junto con Paula".

También hizo periodismo deportivo

En tal sentido, cuando este cronista se le menciona ese trabajo, Rodrigo señala que "es una actividad que no recordaba. Todo empezó en FM Poder, en Avda. Libertad antes de Falucho. Teníamos un micro deportivo con un viejo amigo que hoy ya no está entre nosotros. Era un mini bloque de 10-15 minutitos para hablar de deportes".

"Después también en la revista de nuestro querido amigo, Néstor Larrea, quien, lamentablemente, tampoco está entre nosotros. Me dedicaba a escribir pura y exclusivamente deportes. Fue una etapa muy linda que recuerdo con mucho cariño. Eso después, me terminó sirviendo para otras cosas", aseguró.

Cómo llegó a Enfermería...

"Cuando llegó enfermería a mi vida me agarró en un momento en el cual yo estaba a mitad de camino entre ser un hombre de bien y otras cosas. Era adolescente, tengo el recuerdo de haber sido bastante rebelde. Siempre tuvimos diferencias con mi padre. Él quería que yo fuera policía. Yo no quería. Y un día, casi de casualidad, tuve que decidir entre hacer un curso de policía de tres meses y salir con trabajo, o hacer el curso de auxiliar de enfermería. Recuerdo que fue el último que se hizo".

"Así me decidí por enfermería. Ya pasaron 25 años de esto. Me recibí en el año 2000 y un par de meses después ya comencé a trabajar y no paré más. Si bien hubo un impasse cuando trabajé en la unidad penitenciaria, el resto, 22-23 años los dediqué a la enfermería y es algo de lo que no me voy a arrepentir nunca", asegura.

Sobre su labor en salud, Rodrigo cuenta no haber logrado "el título de profesional, menos el de licenciado. Es algo que tengo pendiente. En los años que me quedan para ejercer, en algún momento lo voy a hacer", se promete.

Destacando que "en cuanto a cursos y capacitaciones que hice a través del tiempo, 5 o 6 veces por año, siempre hubo capacitación de algo. De hecho, hoy estoy instalado en la provincia de La Pampa y sigo haciendo cursos y capacitaciones, porque más allá del título y del nivel que te dé el grado, siempre es importante ir incorporando conocimiento. El saber no ocupa lugar", cierra.

Enfermero conocido en la mayoría de los CAP's del Distrito

Sobre su trabajo en las salas dice: "estuve por los CAP's de López, Tedín, mi querido Bunge, El Luchador. Cubría licencias en Salas de Barrio Belén, Parque Muñoz, Pachán y Barrio Molino. También en Secretaría de Salud y alguna que otra vez, cubrí guardias en el Hospital en Clínica Médica".

Este cronista cuando Rodrigo fue a Bunge, pudo saber que tenías ideas y proyectos para ese lugar. "El nuevo enfermero" llegó con ganas de trabajar.

"Fue el mayor desafío de mi vida. Llegué a Bunge casi de casualidad. Nadie quería ir. Me preguntaron a mí y dijeron no saber con qué me podría encontrar. La sala había estado cerrada más de un año por el tema de la pandemia. Funcionaba exclusivamente por la escuela", cuenta.

"Cuando hacía limpieza y desinfección se me empezaron a ocurrir cosas. Todo consensuado con la jefa de enfermería. Yo tiraba la idea y ella decidía. Empezamos con relevamiento en la escuela para ver cuántos necesitaban atención médica permanente, cuántos más esporádica. Con esos datos surgieron otros, como la idea de un relevamiento familiar", dice.

"Había más de 200 chicos pertenecientes a más de 100 familias. Algunos iban de El Luchador, allá no hay secundario. Surgieron ideas, tal vez no proyectos concretos. Se hizo pedido de todo tipo de materiales. La señora Graciela Marini, fue la primera que apareció. Siempre nos dio una mano en todo y yo muy agradecido por eso. Acercó al arquitecto municipal, hubo reformas de la sala. No pudimos concretar todas las ideas. Algunas prestaciones se vieron frustradas", lamentó.

"La atención médica era esporádica. Sugerí algo más permanente. Atención de un pediatra para edades desde 3 años a 17-18. También otras especialidades. Lamentablemente nunca llegaron. La idea presentada era de atención similar a López, Tedín, El Luchador: en un horario la sala abierta, pero después quedar como una especie de guardia pasiva. Una vez que cerraba la sala, yo regresaba a Benito Juárez y la gente del lugar se quedaba sin nada. Deben viajar a Laprida, Juárez o Chillar. Apuntamos a una guardia pasiva. Pedimos una ambulancia. Uno sabe que hay cosas que no se dan de un día para el otro, pero con voluntad se puede lograr. Después de tres años y medio todo eso no se pudo lograr", relató.

Esto último motivó el viaje a Bernasconi

"El tema de la mudanza a Bernasconi pasó por una cuestión personal. Cuando uno acumula años en una profesión y presenta proyectos y no son tenidos en cuenta, eso te va frustrando. Pude lograr cosas que proyecté. La mayoría no logré y necesitaba recargar energías", se sinceró.

"Siempre voy a estar agradecidos con la posibilidad que tuve, incluso por lo que no se dio, porque lo que no se da es por algo y es una forma de crecer también".

"Acá somos 400 habitantes. Se cumple un horario y después queda una guardia pasiva de 24 horas, pero es un sistema completamente distinto. Tenemos un médico permanente en el pueblo y somos tres enfermeros. Hay dos enfermeras y yo, el más nuevito".

Cuenta que "en cuanto a atención viene una vez a la semana una odontóloga, una vez al mes una obstetra y una psicóloga. Hay un médico generalista instalado en el pueblo, que atiende todo tipo de consultas".

Y sobre su situación laboral cuenta que "en este momento estoy contratado, hasta los 12 meses. Ahí automáticamente, paso a ser de planta permanente".

Recuerdos en la despedida

"Recuerdo y agradezco a grandes maestras como Diana Danuncio, Teté Bacigalupe, Teté Fernández, Mirta Vanotti, Elda Jacob, Marcelita Borchi, solo por nombrar algunas. Estoy quedando mal con un montón, pero son compañeras que algunas fueron maestras, otros hemos crecido juntos y me ha tocado compartir también espacio y tiempo con chicas que recién empiezan y tienen muy buen potencial y vocación".

Rodrigo Vázquez, "El pampeano", alguien que trabajó lindo, dejó recuerdos y amistades. Ahora está radicado en Abramo, Partido de Bernasconi en La Pampa a 433 kms. de Benito Juárez. La distancia no es olvido. Gracias por lo hecho en esta ciudad.