Mi perro me ha enseñado las lecciones más profundas. En su nobleza y resiliencia refleja los valores a los que deberíamos aspirar muchos humanos. Pero estamos ocupados en coleccionar posesiones, cambiar de auto, de casa y la evolución puede esperar también a ser adquirida en cuotas, con tarjeta de crédito. Todo se compra; también los animales y caí en esa trampa. Compré a mi perro en un criadero y en la lotería de su cadena genética le tocó nacer displasia. Encontré en Joy a uno de los mejores maestros de mi vida: un "animal" que fue capaz de sobreponerse a todas sus operaciones y camina a mi lado de manera incondicional como jamás lo ha hecho humano alguno.

A Joy le dediqué este texto con mi agradecimiento más profundo. El, mi alegría cotidiana, me dedica cada día sus enseñanzas tan brillantemente "animales":

Joy fue mi perro antes de serlo. Joy, en inglés dicha, felicidad. Yo sabía que ese señorito de cuatro patas que iba a llegar a mi vida iba a adornarla de felicidad.

Joy me hizo conectar con sentimientos que estaban en mi altillo, llenos de tierra. Con mis ganas de mimar, de cuidar y dar amor.

Joy, al igual que su madre humana, no ha tenido una vida fácil. Pero es también un resiliente, un perrito capaz de sobreponerse a la adversidad y tener una vida feliz pese a sus limitaciones físicas. Mi perro, el más lindo del barrio, a duras penas caminaba cuando era un cachorro, debido a una displasia de cadera. Se sobrepuso a dos cirugías, con amor y paciencia. Hay en su caminar chingueado una dignidad que arrasa con todo. Joy es un ejemplo de que siempre se puede.

Joy podría ser un perrito agresivo, gruñón o malo. Tanto consultorio, tanto mordiscón de perro malo... Pero ahí va él, a paso cansino, revoleando la cola a perros y extraños, feliz de ser como es. Sin querer parecer. Siempre contento, con su pelota de tenis en la boca.

Pura alegría.

Joy me enseña algo nuevo cada día, me ayuda a ver la esencia, la belleza interior. Joy me hizo sumergir en la importancia de la adopción animal y el proteccionismo. Mi perro me insta a ser cada día, por fortuna, más "animal". (Valeria Schapira - Escritora)